Los tratamientos capilares son esenciales para mantener el cabello sano y fuerte, adaptándose a sus diversas necesidades.
Para cabellos secos, los aceites nutritivos o mascarillas hidratantes ayudan a restaurar la suavidad.
En cabellos grasos, productos con arcilla o ingredientes purificantes equilibran la producción de sebo.
Para cabellos finos, las fórmulas voluminizadoras proporcionan cuerpo sin apelmazar.
Los tratamientos reparadores con proteínas son ideales para cabellos dañados por el calor o químicos.
Además, los tratamientos anticaspa y para el crecimiento estimulan la salud del cuero cabelludo, promoviendo un cabello más fuerte, brillante y manejable según el tipo de necesidad.